Probablemente has hecho
alguna vez el ejercicio de leer los
nombres de los colores que están elaborados en un color distinto al que
corresponde, por ejemplo, encuentras que la palabra es amarillo pero está
iluminada en rojo o la palabra es verde pero está pintada en azul.
Si tu primera reacción fue
leer la palabra en lugar de pronunciar el color en la que ésta estaba
iluminada, es porque en la mayoría de las ocasiones la primera parte de nuestro
cerebro que entra en contacto con el mundo externo es el hemisferio izquierdo,
es decir esa parte de nuestro cerebro cuyas funciones tiene que ver con la
capacidad de análisis, capacidad de hacer razonamientos lógicos, abstracciones,
resolver problemas numéricos, aprender información teórica, hacer deducciones y
dentro de ellas se encuentra la función específica de la comprensión del
lenguaje.
Es muy probable que unos segundos
después tu cerebro haya determinado que el nombre del color no correspondía al color
mismo de la palabra, y esto se debió a que al entrar en acción el hemisferio
derecho de tu cerebro que es la parte que piensa y recuerda en imágenes.
Durante décadas se consideró
que la inteligencia se medía por la capacidad de analizar y resolver problemas
y en el sistema educativo tradicional se ha fomentado preferentemente el
desarrollo de ese tipo de inteligencia, ubicada en el hemisferio izquierdo del
cerebro, sin embargo para poder desarrollar nuestro máximo potencial en todas
las áreas de nuestra vida, es indispensable enfocarnos en la estimulación y
desarrollo de todos los tipos de inteligencia, y para ello se hace necesaria la
estimulación de la parte creativa del cerebro, es decir, el hemisferio derecho
He aquí tres rutinas
sencillas que te permitirán estimular y desarrollar las habilidades
correspondientes al hemisferio derecho:
1)
Aprende a utilizar la parte no dominante de
tu cuerpo, por ejemplo, si normalmente lavas tus dientes o te peinas con la
mano derecha, utiliza ahora la mano izquierda para hacerlo y de esta manera
estimular tu hemisferio derecho al llevar a cabo esos movimientos.
2)
Una actividad divertida es jugar mímica con
tu familia o amigos, el buscar expresiones corporales o faciales para
transmitir ideas y conceptos, estimula la creatividad .
3)
Intenta dibujar algo con los ojos cerrados,
basándote únicamente en lo que recuerdas de la imagen que intentas dibujar, te
darás cuenta que con frecuencia te verás tentado a abrir los ojos y “revisar”
lo que estás dibujando, es el hemisferio izquierdo que muchas veces nos
esclaviza con la idea de cómo “deberían” hacerse las cosas, pues al ser la
parte analítica de tu mente, pretende regularlo todo. Simplemente no hagas caso
y disfruta la actividad.
Al ir avanzando en el desarrollo de tu hemisferio
derecho, notarás un mayor creatividad en ti y un mejor manejo de tus emociones.